- ¡Ábreme! Tenemos que hablar -Dijo Robert tocando la puerta de mi cuarto.
- Déjame en paz -Grité desde mi habitación, aún no la abría.
- Por favor, tenemos que aclarar todo de una vez, te necesito.. por favor -Suplicó.
- Todas tus suplicas, -Abrí la puerta- tus perdones, ¡YA NO ME IMPORTAN! ¡Eres un mentiroso! Todos los chicos son falsos, como tus palabras sin sentido, como tus ''TE AMO''. Ya basta. Deja de lastimarme.
- No, escuchame bien -tomó mi rostro humedo- yo nunca te he mentido al perdirte perdon, o al decirte TE AMO -dijo fuerte- porque yo te amo a ti y eres la chica con la que quiero estar, me arrepiento de lastimarte de esa manera, pero hay veces que mis impulsos se salen de control y hago cosas que no quiero.
- Dejame sola, por favor -Susurré.
- No, no quiero. -pegó su frente, mi nariz a la suya- Te amo -rosó mis labios- por favor, comenzemos lo que iniciamos hace meses.
- No, yo... ya no quiero sufrir. Déjame sola, por favor. -Dije separándome de él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario